Arcángeles

La palabra Arcángel viene del griego que significa Ángeles Jefes, son éstos espíritus puros que poseen inteligencia y dones sobrenaturales de la Gracia. Conocen por intuición y de una manera superior a como lo hace el ser humano. Los Arcángeles, como mensajeros de Dios, tienen la misión de anunciar cosas de gran trascendencia. Mientras que sólo dos Ángeles son nombrados en la Biblia por sus nombres, otros textos religiosos mencionan una mayor cantidad, y los textos escolásticos y teológicos ofrecen más nombres aún. Desafortunadamente, en algunos casos es difícil determinar si el Ángel es real, o si es simplemente la invención de algún escritor que agregó el sufijo el a alguna palabra y decidió “crear” un Ángel, puesto que la terminación “el” de la palabra Ángel y de tantos nombres angélicos significa brillo, resplandor o ser luminoso. En los casos en que es posible encontrar una referencia, haré mención de la misma. Los Arcángeles son sólo uno de los órdenes en la ya aceptada Jerarquía Angelical. San Pablo se refiere a Miguel como un Arcángel, y Miguel, de acuerdo con el Libro de Daniel, es uno de los “Jefes de los Príncipes”, y el responsable de la nación de Israel, lo que lo convierte al menos en uno de la más alta de las ordenes de las Principalidades. Otros Arcángeles nombrados son también asignados a regir en altos órdenes: Gabriel entre los Serafines y Rafael entre los Querubines, mientras que en ocasiones los tres son nombrados como los Príncipes Regentes de la Virtudes. Los siete Ángeles que el Libro de la Revelaciones describe en pie delante de Dios, son también considerados Arcángeles. Enoch nombra siete Arcángeles: Uriel, quien rige el mundo y el Tártaro; Raguel, quien toma venganza en el mundo de las luminarias; Miguel, encargado de la mayor parte de la humanidad y del caos; Saraquael, a cargo de los espíritus; Gabriel, regente del Paraíso, la serpiente y los Querubines; Ramiel, a quien encargó de aquellos que ascienden; y Rafael, quien rige los espíritus de los hombres. Sólo sitúa cuatro rodeando el trono de Dios, respaldados por el resto: Miguel, Rafael, Gabriel y uno llamado Phanuel (probablemente sinónimo de Ramiel) responsable de controlar el arrepentimiento de los pecadores. Donde se dan otras listas de siete, los otros nombres más frecuentemente encontrados son: Uriel, Metatrón, Sariel (que podría ser una variante de Saraquael), Anael y Raziel. Listas posteriores de Arcángeles, y una fuente post-talmúdica aumentan esta lista al número de doce, ligándolos a los signos del zodíaco, como nombres cabalísticos, con Metatrón nombrado el primero y repetido luego como décimo. El Corán menciona cuatro Arcángeles, nombrando sólo a Jibra’il (Gabriel) y Mika’il (Miguel). Los otros dos serían Azrael, otra forma de Rafael, Ángel de la Muerte, e Israfel, Ángel de la Música, quien toca la flauta al final del día y sonará la trompeta que despertará a los muertos el Día del Juicio. Estos Ángeles no fueron creados al mismo tiempo: Israfel fue el primero, Mika’il fue creado 5000 años después, Jibra’il tras otros 500 años y quizás Azrael más tarde aún. Siempre se ha intentado hacer una conexión entre las referencias a visitas de Arcángeles encontradas en la Biblia y sucesos históricos, pero las autoridades en la materia siempre quedan en desacuerdo: a Miguel, Uriel, Gabriel y Ramiel se los ha considerado vencedores de la fuerte armada Asiria formada por 185.000 hombres en Sennacherib, en el 701 a.c.. Desgraciadamente, la mayor parte de la información sobre los Arcángeles proviene de fuentes no canónicas de difícil acceso, lo que conspira contra un claro y seguro conocimiento sobre los mismos. A esto debemos agregar las variaciones que las traducciones aportan a cada nombre, hecho que lleva confusión cuando se pretende estudiar el tema. Consderando estas limitaciones, entraré en la temática de los Arcángeles seleccionando la información más seria y confiable de la que ha llegado a mis manos, que es la proveniente de fragmentos de la literatura no canónica.